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El Carnaval de la Física

30/11/09
Como prometí hace unas entradas, por fin se ha "celebrado" el Primer Carnaval de la Física, llevado a cabo por Gravedad Cero. Os recomiendo que le paséis a ver qué se cuece por allí, hay algunas contribuciones realmente interesantes.

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El Universo y el ego

25/11/09
Como tantos otros bloggeros, servidor también participa en el Carnaval de la Física de Gravedad Cero. Éste es mi granito de arena:


Durante muchos siglos, el hombre se ha considerado a si mismo el centro de todo el Universo. A poca gente se le habría ocurrido pensar, allá por la época de Platón o Aristóteles, que todo esto no estaba hecho para y por nosotros. El lema "el hombre es la medida de todas las cosas" era algo habitual, tal vez un destello de nuestro ego que surgió en forma de frase bonita. Pero afortunadamente, podemos pararnos a mirar más detenidamente nuestro lugar en todo esto. Y digo afortunadamente porque antes, plantear que no éramos tan importantes podía costarte la vida, o al menos un buen susto (y si no, que se lo pregunten a Galileo). Resulta que la Tierra no es el centro de nada, el Sol no gira a nuestro alrededor, y nuestro lugar en el Universo no tiene nada que le haga privilegiado.

Todos hemos sentido alguna vez la tremenda sensación del vértigo existencial que produce encontrarse en la cima de una montaña, o mirar al mar e intentar calcular las distancias. Nos sentimos empequeñecidos ante la Naturaleza, y hacemos bien. Pero aun así, lo que vemos es sólo una pequeñísima porción de la Tierra: vivimos en un planeta que tiene casi 13,000km de diámetro, y tres cuartas partes de su superficie están cubiertas por mares y océanos. Y si la existencia de montañas como el Everest de casi 9 kilómetros de altura, nos hace empequeñecer, bajo el mar hay grietas de más de 11 kilómetros de profundidad sumidas en la más absoluta oscuridad que probablemente nos harían sentir aun más insignificantes.

Pero por muy grande que nos parezca nuestro planeta, la realidad es que no es para tanto. La distancia la Luna, el cuerpo celeste más cercano a nosotros, es de 384,400 km, bastante más que el tamaño de la Tierra. Para hacernos una idea, en un coche a 100km/h tardaríamos aproximadamente 160 días conduciendo initerrumpidamente en llegar a nuestro satélite.

Sin embargo, la Luna está, como quién dice, aquí al lado. Si nos fijamos en nuestra estrella, el Sol, encontraremos que éste está a 149,675,000 km. Si hacemos la misma comparación que en el caso de la Luna, a 100km/h tardaríamos unos 180 años en llegar hasta él. La propia luz, que viaja a 300,000km/s, tarda 8 minutos en llegarnos desde el Sol.

Pero podemos ir más allá. La Tierra (parece que) orbita bastante lejos del Sol, ¿verdad?. Pues si nos vamos a las zonas más externas del Sistema Solar nos topamos con Plutón, que orbita 40 veces más lejos, a 5,913,520,000 km. Y a 7,200 años si vamos en el mismo coche con el que hemos ido a la Luna y al Sol.


Un pálido punto azul.
Así llamó Carl Sagan a esta foto, tomada por la sonda Voyager 1 al abandonar el Sistema Solar en 1990. Traduciendo sus palabras:
"Mira otra vez ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar.Eso es nosotros. En él, cada persona que amas, cada persona que conoces, cada persona de la que has oído hablar, cada ser humano que ha existido alguna vez, vivió su vida. El conjunto de nuestra alegrías y sufrimientos, miles de religiones, ideologías y doctrinas económicas, todo cazador, todo héroe y cobarde, todo creador y destructor de civilizaciones, todo rey y esclavo, toda joven pareja de enamorados, todo padre y madre, todo niño, inventor y explorador, todo hombre iluminado, todo político corrupto, toda "superstar" y "lider supremo", todo santo y pecador en la historia de nuestra especia vivió ahí - en una mota de polvo suspendida en un rayo de Sol."


Si queremos irnos a la extrella más cercana, el camino a recorrer se hace mucho mayor. La propia luz tarda cuatro años, viajando a 300,000 km/s, en alcanzar Próxima Centauri, el astro más próximo a nosotros.

A partir de este punto comienza a hacerse imposible tener una idea mental de las distancias que barajamos, pero el Universo sigue creciendo endemoniadamente. El Sol es simplemente una estrella de entre los 200-400 mil millones que contiene la Vía Láctea, nuestra galaxia. Y ni siquiera es que estemos cerca de su centro: tardaríamos unos 27,000 años viajando a la velocidad de la luz si quisiéramos llegar allí. Y para recorrerla de punta a punta harían falta 100,000 años a la misma velocidad.


Ahí estamos en la Vía Láctea.


Pero como ya habréis imaginado, el asunto sigue creciendo. La Vía Láctea es una de las cuarenta galaxias que componen el Grupo Local, que mide unos 10 millones de años luz (o lo que es lo mismo, necesitaríamos 10 millones de años viajando a 300,000km/s para atravesarlo).

Nada nos impide seguir mirando: el Grupo Local pertenece al Supercúmulo de Virgo, un conjunto de aproximadamente 100 cúmulos de galaxias (al estilo de nuestro Grupo Local), que contiene un billón de veces (1,000,000,000,000,000) la masa del Sol, y con un tamaño de 200 millones de años luz.


Distribución de supercúmulos en el Universo.


¿Y más allá? Sólo encontramos el eco del Big Bang, la "pared visual" que curiosamente es el objeto con el espectro térmico mejor estudiado del Universo (a -270.425ºC, ). Esta "pared" se encuentra a aproximadamente 14,000 millones de años luz. La radiación que ahora nos llega de ella salió de allí hace 14,000 millones de años, cuando el Universo estaba prácticamente "en pañales" y aún no se había formado las primeras galaxias. Precisamente por eso tenemos este límite: los objetos que se hayan creado más allá están tan lejos que la luz que sale de ellos no ha tenido tiempo aún de llegar a nosotros.


La radiación de fondo de microndas. Una foto del
nacimiento del Universo.




Con semejante colección de datos que son literalmente inconcebibles para un humano, me pregunto qué sentido tiene seguir mirándose el ombligo. Me asusta pensar que el ego humano puede ser más grande que todo lo anterior. A mi humilde entender, ya va siendo hora de levantar la mirada.

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